lunes, enero 22, 2007

Reproducción sexual en los animales

La Reproducción sexual implica la participación de células reproductoras o gametos, que frecuentemente son producidos en los órganos sexuales. Existen gametos masculinos llamadas testículos y femeninos ovarios. Los espermatozoides se desplazan en el seno de un líquido producido por el macho que recibe el nombre de esperma o semen; en muchos artrópodos los espermatozoides carecen de flagelos, por lo que son inmóviles; y por el contrario algunos gusanos tienen espermatozoides con dos flagelos.

Los óvulos son siempre células inmóviles de gran tamaño, debido a la acumulación de sustancias de reservas. La producción de ovocitos disminuye a lo largo de la escale evolutiva animal; algunos ponen millones de óvulos cada año, mientras que otros no pasan de algunas docenas como máximo. En realidad esta diferencia es un mecanismo para compensar los peligros de desaparición de los ejemplares recién nacidos y esta en relación inversa al cuidado de las crías por parte de progenitores. Si los padres protegen a la cría, en sus primeros estadios de vida la producción de huevos será menor, comparada con los huevos que produce un progenitor que no cuide a sus crías.

Formación de los gametos: Las estructuras masculinas (testículos) producen las células espermáticas o espermatozoides. Los testículos contienen gran cantidad de tubos seminíferos y en las paredes de estos existen unas células germinales indiferenciadas que son las espermatogonias. Estas pueden dividirse por mitosis para dar lugar a más espermatogonias, son células diploides. Cuando el organismo alcanza la madurez sexual durante la vida reproductora del individuo algunas espermatogonias dejan de dividirse por mitosis crecen y pasan a ser espermatocitos primarios (2n), los cuales sufren la primera división meiótica y dan lugar a dos espermatocitos secundarios (n), estos sufren la segunda división meiótica y cada espermatocito da dos espermátidas (n). Cada una de las cuales sufren alteraciones progresivas, pierden bastante de su citoplasma, se forma la cola y se transforma en espermatozoide.

Fecundación: Proceso biológico en el cual se unen ambos gametos para dar lugar a la formación de un zigoto. Cuando la fecundación se realiza fuera del organismo, se llama fecundación externa y si se lleva a cabo en el interior de las vías genitales de la hembra se llama fecundación interna, cuando hay intercambio de gametos como monoicos insuficientes, la fecundación es cruzada.

Desarrollo embrionario: Su desarrollo a partir de una sola célula (normalmente 2n) llamada cigoto o huevo, procedente de dos gametos, que pueden ser iguales o con mucha más frecuencia diferentes llamados óvulo (♀) y espermatozoide (♂). El citoplasma del cigoto presenta toda la cantidad de sustancia alimenticia que el óvulo haya podido aportar, pues el espermatozoide sólo aporta material genético. A la sustancia alimenticia se le llama vítelo y la cantidad del mismo está muy relacionada con el tipo de desarrollo. Así si existe poco vítelo, el desarrollo será muy rápido o debe existir un aporte externo de sustancia nutritiva.

El inicio del desarrollo ofrece aspectos semejantes en todas las clases de animales. Después de la fecundación, el huevo se divide numerosas veces alcanzando entonces el estadio de blástula. La blástula es el origen de una fase más avanzada, la gastrulación, durante la cual las hojas embrionarias se disponen adecuadamente, lo que corresponde ya el estadio de gástrula. Después de la gastrulación, los órganos se esbozan y el desarrollo inicia su especialización.

Antonio Coca.

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